Jorge Umaña-Castillo. San José, 1991.
Siempre aburrido durante los viajes en bus en una ciudad caótica como San José imaginaba historias de cada rostro cansado que iba en el bus. Los viajes hasta la casa también eran viajes en ruta a descifrar los sueños, sudores y anhelos de las vidas ajenas.
Siempre me intrigaron las historias, esas que estaban a la vista, pero que nadie quería o podía contar. Esas pequeñas partes de lo cotidiano que pasan inadvertidas.
Dolores y alegrías. La magia de la vida. Lo mágico de vivir.
Mucho de eso es mucho de lo que está acá.